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NEMOCÓN

RUGIDO del guerrero

NEMOCÓN: RUGIDO DEL GUERRERO

FORMACIÓN DE LA SALINA DE NEMOCÓN

El azar, la geología y los antiguos dioses muiscas, dotaron a Nemocón de grandes bondades. Enterrados en el subsuelo se encuentran antiguas trazas de minerales de gran valor económico y comercial como la sal y el caolín que evidencian el origen marino de la región.

El municipio se ubica en la Cuenca Alta del Río Bogotá, la cual se formó a orillas del mar en el cretácico superior, entre 90 a 65 millones de años, cuando los dinosaurios dominaban la tierra, el aire y el agua. Para este momento ya el equilibrio necesario para la vida en el planeta era precario, causado por una creciente actividad volcánica en el Cinturón de Fuego del Pacífico.  

Luego, en un parpadeo del tiempo, hace 65 millones de años, una luz surcó los cielos y desde las profundidades del universo emergió un inmenso meteorito que se estrelló en la actual península de Yucatán en el lugar conocido como Cráter de Chicxulub. Su impacto, sumado a la ya precaria situación, terminó por Extinguir al 76% de la biodiversidad del planeta, entre ellos a la totalidad de los dinosaurios. Sin embargo, y pese a la catástrofe global, sobrevivieron algunos pequeños mamíferos, que se convertirían en el Phyla dominante en el planeta.

Con el paso de los periodos geológicos, con la fuerza que solo puede producir la deriva continental y debido a la actividad constante de la Fosa Perú-Chile, hace 3,5 millones de años terminó de emerger la Cordillera Oriental de Colombia. Así pues, los sedimentos, que se depositaron en el Cretácico Superior, en el Mar de Tetis, serían empujados hacia arriba, hasta su posición actual, a alturas superiores a los 3000 m sobre el nivel del mar.

La decantación y posterior elevación de los sedimentos marinos depositados en el mar de Tetis, dieron origen a la mayoría de las formaciones geológicas de la Sabana de Bogotá. Así pues, como ejemplo podemos encontrar las rocas areniscas de la Formación Guadalupe, las vetas de carbón de la Formación Guaduas y los domos de halita de la Formación Chipaque, protagonistas de este relato acerca de Nemocón.

Igualmente, La orogénesis de la Cordillera Oriental de Colombia coincidió con el levantamiento de Panamá, lo que, a la postre, en el pleistoceno, permitiría el cruce de flora y fauna entre Centro y Suramérica, que hasta el momento se encontraban separados por grandes porciones marinas (Groot, s.f.). Es así, como durante el pleistoceno lograron llegar hasta la Sabana de Bogotá mastodontes, megaterios y la megafauna proveniente del hemisferio norte.

DIAPIRISMO

EL GRAN LAGO DE HUMBOLDT

Producto de una larga historia de fracturamientos y plegamientos de las rocas sedimentarias de origen marino de la Sabana de Bogotá, se formó una cuenca cerrada que daría origen al milenario Lago de Humboldt. Nemocón se encontraba parcialmente sumergido en este inmenso cuerpo de agua que existió hace más de 60.000 años y que se extendería desde la actual población de Suesca, al Norte de la Sabana de Bogotá, hasta el Salto de Tequendama, por donde se drenaron sus aguas hace aproximadamente 30.000 años.

De esta manera, la desecación del lago daría origen a lo que hoy conocemos como Formación Tilatá, que corresponde a los sedimentos lacustres depositados entre el plioceno y el pleistoceno, que conforman toda la zona plana de la Sabana. Las comunidades humanas usaban las Arcillas para elaborar artículos cerámicos, con la que se fabricaron las gachas para la evaporación de la sal del domo de halita en el municipio.

Para este momento, en las laderas internas de la cuenca del Lago de Humboldt, dominaban las cicatrices de las últimas y recién terminadas glaciaciones que cubrieron de hielo las montañas de la Sabana hasta los 2900 m. Estas estaban pobladas de una rica vegetación de páramo y bosque altoandino lo que garantizaba una oferta permanente y abundante de agua y recursos para la caza y la recolección.

LOS PRIMEROS SERE HUMANOS EN LA SABANA DE BOGOTÁ

Es así como este rincón de La Tierra sirvió de escenario para que hace 18.000 años, antiguos nómadas llegaran a la vereda Checua provenientes del Valle del Rio Magdalena, ingreso histórico a la Sabana de Bogotá. Así pues, Los cazadores recolectores visitaron el espejo de agua del Lago Humboldt de manera esporádica y luego volvían al Valle del Magdalena en busca de climas más amables. Estos primeros seres humanos se aventuraban a estas alturas en busca de las riquezas que ofrecía el gran lago y sus montañas circundantes.

En la región habitaban dos especies de Mastodontes (Hapolomastodon sp y Cuvieronius hydon), Caballos Americanos (Hippidion sp), Osos de Anteojos (Tremactos ornatus), Pumas de Montaña (Puma concolor), Cuis (Cavia porcellus) y Venados de Cola Blanca (Odocoelius virginianus). Igualmente, había una gran diversidad de plantas, bayas y frutos, como la Uva de Monte (Macleania rupestris) lo que garantizaba una oferta amplia y variada de alimentos para las comunidades nómadas de finales del pleistoceno y principios del holoceno

 

Sin embargo, el clima en la Sabana aún era muy frío y no su permitía el establecimiento de comunidades humanas. Por lo que fue usada de despensa, pero no de habitación permanente. Así pues, estos antiguos hombres usaban abrigos rocosos como campamentos y regresaban a sus lugares de origen en las laderas occidentales de la Cordillera Oriental, en busca de mejores condiciones climáticas. En Nemocón, en la vereda Checua, se encontraron los vestigios arqueológicos más antiguos de la Sabana de Bogotá, que corresponden a un campamento a cielo abierto fechados con 9000 años de antigüedad, lo que permite inferir que estos nómadas también usaron áreas planas y abiertas para establecer sus viviendas temporales.

EL PERIODO HERRERA

Debido al interestadial de Guantiva, entre hace 12.400 y 11.000 años AP, el clima de la Sabana se hizo menos frío y más parecido al actual. Lo que abrió las puertas para que las comunidades nómadas que visitaban esporádicamente la región se establecieran, dando origen a lo que la historia y la arqueología han denominado Periodo Herrera. Convirtiéndose así en los primeros seres humanos que habitaron permanentemente el territorio.

Los Herrera se caracterizaron por ser tribus sedentarias que se asentaron alrededor de pequeñas lagunas y humedales dejados por el gran Lago de Humbodt, entre el S IV a.C. y el S IX d.C. Así pues, estas comunidades aprovecharon las arcillas producto de la sedimentación del lago como material para elaborar los primeros utensilios cerámicos utilizados en la Sabana de Bogotá. Se caracterizaron por no tener una estructura social muy compleja o diferenciada, por hacer un tipo de cerámica muy específica de este periodo y hacer una agricultura incipiente para la subsistencia.

 

Los Herrera fueron los primeros en usar tiestos de cerámica para evaporar el agua de las quebradas saladas que salían del gran domo de sal formado en el cretáceo. Como evidencia de este suceso se puede apreciar una excavación arqueológica sobre un basurero de gachas quebradas que comenzó a formarse hace más o menos 2210 años antes del pasado y tiene una secuencia de tiempo de más de 2000 años. Estos se encuentran intercalados con vestigios de algunas viviendas antiguas.

LOS NEMZAS LOS TASGATÁ Y OTROS MUISCAS

Los indígenas Nemzas y Tasgata, pertenecientes a la Nación Muisca, habitaron el territorio desde el fin del periodo herrera y hasta el siglo XVI, quienes se agruparon en esta región debido a la presencia de domos de sal. Para obtener el mineral era necesario tomar fuentes de agua salada que brotaban de la tierra, ponerla en las gachas para luego evaporar el agua con fuego. Al final del proceso había que romper el chorote para extraer el pan de sal. Como evidencia de este proceso se pueden encontrar, cerca de la Mina de Sal, una gran acumulación de restos cerámicos que pertenecían a estas piezas utilitarias.

El significado del nombre de Nemocón, Lamento del Guerrero, tiene como origen un ritual que realizaban los Zipas en la región, este consistía en lanzar gemidos, gritos y cantar himnos para desahogar sus penas y tristezas. Se puede asegurar que la presen­cia de los muiscas en el territorio viene de tiempos inmemoriales, debido a las minas de sal que caracterizan la región. Originalmente, el poblado muisca se encontraba en el mismo lugar de hoy, unos metros debajo del yacimiento salinífero, sin embargo, como veremos más adelante este fue cambiado de lugar por los conquistadores.

 

Una cálida tarde sabanera, en la parte más alta del domo de sal, recostado a la sombra de un árbol de Caucho Sabanero (Ficus soatensis), tomando un descanso después de la conocida batalla de Chocontá, El Zipa de Bacata, Nemenquene, sueña que desde el norte vienen unos seres extraños, blancos, barbados, montando indomables bestias. Es así, como al despertar, ordena al pueblo que escondan todas las riquezas y se preparen para la llegada de los extranjeros, este hecho alimentó la mundialmente conocida Leyenda de El Dorado.

LA LLEGADA DE DON GONZALO Y LA MODERNIDAD

A su llegada a la Sabana de Bogotá en 1537, después de una larga y penosa travesía por el Río Magdalena, lo que quedaba de las tropas españolas, comandadas por Gonzalo Jiménez de Quesada, no encontraron mucha oposición en los pueblos del Norte en el actual departamento de Boyacá. Sin embargo, al llegar a Nemocón, la retaguardia española fue atacado por cientos de Güechas, que, cargando momias rituales de guerra, trataban de impedir, infructuosamente el ingreso de los extranjeros a la Sabana de Bogotá.

Aunque los indígenas los superaban en número y los tomaron por sorpresa, los soldados españoles respondieron al ataque con varios infantes y un piquete de caballería. Los Gëchas, derrotados, huyeron hacia el sur y tomaron rumbo hacia Busongote, en el actual municipio de Cajicá, donde los españoles divisarían una gran cantidad de indígenas en las colinas lejanas y tomarían la decisión de volver a Nemocón.

Seguramente con el ánimo de apropiarse de las salinas, los españoles, en 1560, toman la decisión de cambiar la ubica­ción del pueblo y lo trasladaron a las cercanías del nacimiento del Río Checua, en los cerros de Tausa y límites con el municipio de Suesca. Debido a la lejanía del lugar escogido y a la inundación del pueblo por la creciente de una quebrada cercana, el proyecto fracasó. Por esta razón, el pueblo volvió a ser trasladado su ubicación original.

Como se mencionó anteriormente, los indígenas de esta zona estaban organizados en dos parcialida­des: los Nemzas y los Tasgata. Como era común en los primeros años de la conquista, después del despojo de las tierras indígenas estas eran repartidas entre españoles prestantes y soldados destacados, lo que se conoció como las reducciones de indios (Quiroga, 2014). Así pues, a su llegada, en 1600, el oidor Luis Henríquez, encontró que en la región vivían alrededor de 300 pobladores Nemzas. Durante los siguientes años, al pueblo, se agregarían indígenas de otras parcialidades como los Tasgata, Gachencipa, Cogua, y Pezca.

 

Años después, en 1779, los indígenas de Zipaquirá son agrupados al pueblo de Nemocón, dejando allí únicamente habitantes blancos, con el fin de apropiarse de la mina de sal (León, 2011). Así pues los Zipas, fueron trasladados al pueblo de Nemocón, esto con el fin de apropiarse de las minas de sal que les habían pertenecido desde épocas milenarias. Para este momento, se acordaba que las salinas de Tausa y Zipaquirá quedarían en manos de los españoles y la de Nemocón quedarían en manos de la población indígena para su uso y beneficio, promesa que nunca fue cumplida.

UNA REVUELTA Y UNA MASACRE EN NEMOCÓN

En el año de 1781, en el departamento de Santander se inician una serie de revueltas, la razón: el Rey de España, Carlos III, había designado como regente de la real audiencia de Santafé de Bogotá a Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres para hacer cumplir las Reformas Borbónicas en la Nueva Granada. Estas traerían consigo una serie de medidas económicas y administrativas que no agradarían a la sociedad en general y dentro de las que se encontraban el alza a los impuestos al aguardiente y al tabaco.

Este hecho causó un gran malestar entre los criollos de todas las clases sociales. Es así como Manuela Beltrán arrancaría el edicto de la corona que comunicaba al pueblo la decisión sobre el aumento en los impuestos. Asi pues, se reconoce a Juan Francisco Berbeo y unos capitanes como líderes del movimiento y se organizaron en la Junta Comunera, lo que a la postre daría origen al movimiento comunero. La gente del común, en una revuelta, partiría hacia Santafé de Bogotá con 4000 hombres, con la misión de tomarse la capital de la república. En el camino lograron acumular un ejército de 20000 tropas lo que puso en alerta a la Virreinato de la Nueva Granada.

Con el fin de impedir la avanzada de las tropas comuneras, la corona delegaría a el Oidor Vasco y Vargas, el alcalde de Zipaquirá Eustaquio Galvis y al Arzobispo Antonio Caballero y Góngora para negociar desde esta ciudad. Así pues, los comuneros acamparían en Nemocón mientras sus los capitanes, en cabeza de Berbeo, negociaron con la corona las 34 capitulaciones, todas fueron aceptadas por los negociadores españoles y luego serían incumplidas por el virreinato.

El príncipe de Bogotá (actual municipio de Funza), Ambrosio Pisco, oriundo de Bogotá (hoy Funza), indígena prominente que venía de Güespa Santander, acompañado por más de 5000 indígenas, escucharían la misa campal ofrecida por Caballero y Góngora en la que se comprometía a cumplir los acuerdos contenidos en las capitulaciones.

Al ser incumplidos los acuerdos contenidos en las capitulaciones negociadas con Berbeo y sus capitanes, dentro de las que se incluían devolver las minas a los indígenas como se había acordado en 1779, en Nemocón se inició otra revuelta. Así fue, que, en cabeza de Ambrosio Pisco, los indígenas de Nemocón iniciaron una revuelta: apresaron a los tres regidores del pueblo, quemaron la casa del alcalde, la casa del cabildo, la casa del administrador de la mina y tomaron posesión de las salinas que les pertenecían desde tiempos milenarios.

Un aviso desde Nemocón alertaría a Santafé de lo que estaba ocurriendo en el pueblo. Fue entonces el momento en el que encomendarían, al recién llegado de Cartagena coronel José Bernet, con 200 hombres a su disposición, bien armados y entrenados, a apaciguar los levantamientos indígenas y así recuperar las salinas.

 

Fue así qué, el 1 de agosto de 1781, llegaron las tropas reales comandadas por Bernet a Nemocón y con ellos la pesadilla de la masacre. Incendiaron varias casas, y atacaron a la población sin distinción de niños, hombres, ancianos o mujeres. El pueblo quedo desolado y destrozado, 20 indígenas fueron heridos y a 4 se les causó la muerte, otros fueron enviados presos a Cartagena, entre ellos Ambrosio Pisco. Para contrarrestar cualquier levantamiento en Santafé, Brenet ordenó decapitar a los muertos y clavar sus cabezas en picas a las entradas de la ciudad, exponiéndolas como escarmiento para intimidar a la población y demostrar lo que pasaba a los insurrectos.

LOS NATURALISTAS

Desde 1799 los naturalistas Aimé Bonpland y Alexander von Humboldt habrían iniciado su viaje por América. En 1801 llegarían a la ciudad de Bogotá siendo hospedados por José Celestino Mutis. Debido a que Bonpland se encontraba enfermo, y Humboldt estaba atrapado en Bogotá dedicado a terminar una gran cantidad de tareas pendientes debido a la prisa de su viaje. En el primer intento para poder retomar la travesía, después de 4 semanas y según la salud de Bonpland, el plan fue recorrer las minas de Sal de Zipaquirá y la Laguna de Guatavita.

 

Según Humboldt, las técnicas de explotación de la sal eran primitivas y poco eficientes, así que recomendó que esta se hiciera a manera de socavones. Debido a las propiedades físicas la halita es estructural, antisísmica y no necesita de importantes soportes para sostener el techo de la mina. Así pues, en 1819, haciendo caso de los consejos del Varón, se inicia la explotación comercial del domo de sal, se abren los primeros socavones, se construyen los talleres de metalmecánica y se instala una central eléctrica en la Mina de sal de Nemocón. De esta manera, esta mina se convertiría en la primera en ser explotada comercialmente en Colombia. Para 1824 el estado declaro como de su propiedad todas las minas de sal, terrestres y de origen marino, Colombia.

EN 2100 AÑOS LA MINA SOLO PARO 32

Para el 16 de diciembre de 1931, por el decreto 2214 del presidente Enrique Olaya Herrera, se firma el contrato y así la mina de sal de Nemocón queda en manos del Banco de la Republica.Como la mayoría de los habitantes trabajaban allí, el municipio entro en una gran crisis económica sin precedentes. Esto llevó a la gente a buscar oportunidades en otros sectores como los chircales para la fabricación de ladrillos, a las floricultoras y a la ganadería lechera.

 

A partir de los años 70 el municipio generó un gran interés para científicos de diferentes disciplinas como la geología, la paleontología y la arqueología. Atraídos por importantes yacimientos de fósiles y vestigios humanos, al municipio llegaron algunas eminencias de la ciencia a nivel nacional e internacional como Marianne Cardale de Schrimpff (1975, 1976 Y 1980),  Gonzalo Correal Urrego (1979), Ana María Groot (1992, 2005) y Thomas Van Der Hammen (2005). A través de sus contribuciones académicas se ha logrado establecer una secuencia de tiempo que data de 8500 años AP hasta la actualidad.

JOSE MAXIMILIANO CHUY: UN REBELDE PODEROSO

Para los siglos XIX y XX, y desde la colonia, los tratos a los mineros eran severos y crueles. Las labores cotidianas eran peligrosas, en muchos casos los trabajadores eran niños, se pagaba a destajo y se les exigían cantidades de sal que muchas veces no alcanzaban a cumplir. La muerte era vistante frecuente de las minas.

Un día de trabajo cualquiera, a finales de los años 50, cansado de tantos abusos y humillaciones, José Maximiliano Chuy, minero del común, decidió levantar su voz de protesta con un acto heroico. Tomó una gran piedra de 160 Kg, la cargó en sus espaldas, le dio una vuelta al parque de Nemocón y abordó el tren hacia Bogotá. Allí nuevamente cargó la piedra desde la Estación de los Mártires, hasta La Plaza de Bolívar, sentando su voz de protesta y manifestando su inconformismo.

Después de 38 años de su cierre, por un convenio entre el IFI y el ministerio de comercio industria y turismo, se da apertura a la mina en 2005. En esta oportunidad se inaugura como el atractivo turístico más importante de Nemocón y uno de los más relevantes de Colombia.

El arquitecto bogotano Roswell Garavito, tomando la experiencia de su trabajo en la Catedral de sal de Zipaquirá, fue contratado para hacer los diseños artísticos y arquitectónicos de la Mina de Sal de Nemocón. Así fue como se rindió tributo a los mineros y se reabrió la mina como uno de los más importantes atractivos turísticos de Colombia. El lugar representa un legado histórico y cultural para el municipio, sus habitantes y se convierte en patrimonio histórico y turístico de la nación.

En la mina se adaptaron y utilizaron diferentes socavones en los que se diseñaron espacios referentes a la minería y la religión católica. Por  otro lado, los talleres de metalmecánica fueron adecuados para la implementación del Museo de Historia Natural de la Sabana de Bogotá, en el que se encuentra información geológica, antropológica e histórica del territorio sabanero.

Igualmente, en las instalaciones de la mina, se pueden encontrar tanto un sitio arqueológico en el que se acumularon, durante siglos, los desechos de las gachas rotas por diferentes culturas prehispánicas para obtener panes de sal, evidencia que demuestra la utilización de la sal desde hace más de 2000 años, y, por el otro una réplica del árbol en el que Nemenquene, el Cacique, soñó la llegada de los españoles.

Otro importante lugar del municipio es el desierto de Checua, también conocido como desierto de la Tatacoita, lugar en el que se dieron importantes sucesos históricos a nivel natural y cultural. Aquí se han encontrado las evidencias arqueológicas y paleontológicas que están archivadas en el museo que funciona en la mina. En la exposición se pueden apreciar el cráneo de mastodonte, una importante colección de fósiles y vestigios arqueológicos precerámicos, de los periodos Herrera y Muisca. Lo que resume una historia de 65 millones de años.

UBICACIÓN

SITIOS DE ESPECIAL INTERÉS

LÍNEA DE TIEMPO

ENLACES EXTERNOS

  • FORMACION DE LAS ROCAS

    90-65 MILLONES DE AÑOS

    Entre otras rocas de origen sedimentario, se forman las evaporitas del domo de sal de Nemocón (Formación Chipaque), Hacia el final de cretacico se extingen los dinosaurios.

  • LEVANTAMIENTO CORDILLERA ORIENTAL

    3.5 MILLONES DE AÑOS

    Se termina de levantar la Cordilera Oriental de Colombia y el domo de sal se ubica en su posicion actual. Se forma la cuenca del Lago de Humbodt. Por otro lado, por efecto de la tetonica de placas, emerge el istmo de Panama, lo permite el ingreso de megafauna a suramerica. De esta manera llegan mamuts y otras especies al territorio colombiano y particularente a la Sabana de Bogotá.

  • LAGO DE HUMBOLDT

    30.000 años A.P.

    Se drena el Lago de Humbodt por el Río Bogota y el actual Salto de Tequendama, dejando una gran cantidad de areas planas, lagunas y humedales.

  • PERIODO PRECERÁMICO

    18.000 A 3000 AÑOS AP

    Llegada la Sabana de Bogotá de los Primeros seres humanos, eran cazadores-recolectores provenientes de la cuenca del Rio Magdalena.

  • PERIODO HERRERA

    SIGLO IV a.C- S VIII d.C.

    Se establece en la Cultura Herrera en altiplano cundiboyacense, se encuentran los primeros vestigio cerámicos y evidencias del uso del domo de sal de Nemocón.

  • PERIODO MUISCA

    SIGLO IX AL XVI

    Los muiscas empiezan a hacer agricultura y orfebrería. La region de Nemocón es habitada por las tribus Nemzas y Tasgatá. Nemenquene, cacique de los Nemzas, sueña la llegada de los españoles

  • CONQUISTA DE LOS MUISCAS

    1537

    Después de una larga y penosa travesía llegan 70 de los 700 españoles que saldrían en busca del Nacimiento del Río Grande de la Magdalena desde Santa Marta este mismo año.

  • TRASLADO DEL PUEBLO A CHECUA

    1560

    El pueblo de Nemocón es trasladado al nacimiento del Río Checua, el proyecto fracasa por la lejanía y una inundación que se dio en el pueblo debido a la creciente de una quebrada
    cercana

  • CENSO DEL OIDOR MIGUEL DE IBARRA

    1593

    Llega al Municipio el oidor Miguel de Ibarra, Francisco de riveros hace un ceso y da que la región es habitada por 302 indígenas Nemzas.

  • EXPROPIACIÓN DE LAS MINAS DE SAL

    1599

    Francisco de Sande, presidente de la Real Audiencia, dio instrucciones para la posesión y control de las salinas de Zipaquirá, Nemocón y Tausa.

  • PUEBLO DE INDIOS DE NEMOCÓN

    1600

    Llegada a Nemocón el Oidor Luis Henríquez, quien agrupa al pueblo a los indios de Tasgatá, Gachencipa y otros muiscas, profirió el auto de fundación española del pueblo. Más tarde los Tasgata serina enviados al actual municipio de Tausa.

  • LOS COMUNEROS LLEGAN A ZIPAQUIRÁ

    1781

    Con la llegada de Los Comuneros los indigenas de Nemocon se toman la mina de sal, pues se les habia prometido que las minas de Suta y Zipaquirá eran de los españoles y as de Nemocón de los indígenas, lo que nunca se cumplió.

  • JOSÉ BRENET PERPETRA LA MASACRE DE NEMOCÓN

    1781

    Con el ánimo de recuperar la mina de sal para los indígenas, Ambrosio Pisco y un grupo de Comuneros se toman las minas de sal, el Coronel José Bernet perpetra la masacre de Nemocón para recuperarlas para la corona.

  • LLEGADA DE HUMBODT Y BONPLAN

    1781

    Llegada de Alexander Von Hmboldt y Amie Bonplant a Nemocón. Humbodt recomienda la explotación subterránea del domo de halita.

  • INICIO DE LA EXPLOTACIÓN COMERCIAL DE LA MINA DE SAL

    1819

    Haciendo caso de las recomendHciones de Humboldt se inicia a de la explotación de sal en socavones de manera industrial y la mina de sal de Nemocón se convertiría en la primera en ser explotada comercialmente en Colombia

  • EL BANCO DE LA REPUBLICA ASUME LA ADMINISTRACIÓN DE LA MINA

    1932

    Para el 16 de diciembre de 1931, por el decreto 2214 del  presidente Enrique Olaya Herrera, el Banco de la República asumió la administración de las salinas de Zipaquirá, Nemocón y Sesquilé.

  • POESA DE JOSÉ MAXIMILIANO CHUY

    1965

    El minero Jose Maximiliano Chuy Gómez carga una pidra de sal de 160 kg. desde el interior de la mina, da una vulta a el parque de Nemocon y se dirige a bogota en tren para dar otra vuelta a la plaza de Bolivar. Esto como protesta a las malas condicioes laborales de los mineros.

  • COERRE DE LA MINA DE SAL

    1967

    Debido a causas que no ha podido establecer esta revistas, En este año se cierra la explotación en la mina de sal. El pueblo de Nemocón entra en una crisis económica sin precedentes, lo que obliga a la población a buscar nuevas alternativas económicas como los chircales.

  • INICIO DE EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS

    1975 - 1980

    Marie Cardale desarrolla las primeras excavaciones arqueológicas en el desierto de Checua.

  • EXAVACION EN LA MINA DE SAL

    1979

    gonzalo Correal Ureego inicia las ex Excavaciones arqueológicas tanto en la mina de sal y como en el desierto de Checua.

  • EXCAVACIONES ANA MARÍA GROT

    1995-2005

    Ana María Groot

  • REAPERTRA DE LA MINA PARA TURISMO

    2005

    El arquitecto bogotano Roswell Garavito hace los diseños artísticos y arquitectónicos dela mina de sal y es reabierta como un homenaje a los mineros de la región.

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